
En segundo lugar, cuando ya pasó este proceso de presentación personal y cuando tu alrededor ya sabe tu manejo idiomático, piensan que eres un diccionario andante. Siempre que tienen una duda de una palabra extranjera, te la preguntan, obviamente no digo que eso esté mal; sin embargo, el problema comienza cuando tú, profesional lingüística y conocedor de lenguas extranjeras, realmente no sabes cómo se dice esa palabra y comienza este temor de que si la desconoces las personas creerán que realmente eras una egocéntrica que te hacías pasar por conocedora del inglés/francés. Bueno, por eso repito, no somos diccionarios ambulantes, no podemos conocer todo, es como si a un ingeniero le preguntáramos “oye, ¿cuánto es 147594 por 19395?, es que me asaltó la duda”.
En tercer lugar, debemos reconocer que todos los traductores tenemos algo de arrogantes, ya que es típico que corrijamos la mala pronunciación de una palabra o simplemente ponemos la cara de “que cosa dices”. Recuerdo a un amigo que me dijo, “hoy jugué yoshi ISLAN” tal cual, claramente yo le dije: “¿islan?, se dice AILAN”. Bueno, lo otra situación que ocurre mucho, y es a consecuencia de lo anterior, es que las personas temen decir cualquier cosa en el idioma que manejas con el temor que le vayas a decir algo que los haga sentir “ignorantes”.
Por último, las personas piensan que por el hecho de saber francés (es mi caso específicamente) tienes cierta ventaja en el paso de la conquista masculina. Pues aclaro que no, a pesar que me han dicho que es mi “plus” personal, no me ha servido de mucho que digamos o vous pensez le contraire?
No hay comentarios:
Publicar un comentario